«Hoy Luis ha comunicado que abandona la presencia activa en el día a día de esta asociación de jueces. Durante los últimos años de colaboración estrecha con él, no he visto en esa condición atisbo de afán de protagonismo o interés egoísta de ninguna especie. Solo la defensa, por un compromiso íntimo, espontáneo y libre, de la supervivencia del estado de derecho en Cataluña, de la libertad y la tolerancia entre todos los ciudadanos y de la dignidad y prestigio del Poder Judicial».
Derecho, sistema judicial y democracia
By Eduardo Pastor Martínez
Magistrado Mercantil
Catalá y Robles en su laberinto
«ninguna de esas declaraciones es sorprendente, porque comparten el tono con el que hoy en día los líderes políticos tratan de interpelar a una gran masa de ciudadanos, desafectos con su gestión y descreídos del sistema que representan, recurriendo a un discurso emocional y deformado, donde poco importan la objetividad y sensatez de lo que se dice».
Es la religión católica, estúpido
«Siempre habrá una penúltima resolución del TC sobre este tema mientras el TC aborde la cuestión mirando solamente a la libertad de enseñanza, sin considerar de forma explícita que el problema no es de educación, sino de las posibilidades de manifestación pública de la libertad religiosa (…). El TC debe determinar de una vez por todas cuál es el espacio posible para el ejercicio de la libertad religiosa dentro de nuestra sociedad».
Lo que la justicia no debe ignorar
«la renuncia a corregir desequilibrios sociales o, al menos, a no hacerlo de una forma que no tenga amparo en el derecho, no significa que deba renunciarse, además, a la compasión en el desempeño del servicio público que se presta».
No son héroes
«cuando todo esto pase, solo espero que nunca recordemos como héroes a los jueces y fiscales que prestan sus servicios en Cataluña o, en menor medida, a los que participan de los distintos procesos en los que se investiga el intento de secesión unilateral de Cataluña. Porque no son héroes y porque a nadie conviene que lo sean».
Desagraviar a la democracia
«(…) esa respuesta de los jueces y fiscales supuso una muestra de dignidad necesaria, la inherente a sus cargos y que por eso no pueden permitir despreciar, porque no les pertenece a título personal. Una actitud que únicamente pretendía servir como un gesto de desagravio ante la ofensa que trató de causar el Sr. Torrent a una buena parte de los ciudadanos presentes y, por extensión, a la propia democracia. Un gesto comprometido y valiente para restaurar el daño hecho a la política y a la justicia».