«(…) nuestros días son -al menos no son otra cosa de forma más intensa que esto que constituye la idea central del ensayo- los de una profunda crisis en el sistema político y económico que inspiró el orden que derivó de la pacificación de Europa, por contaminación de una primigenia crisis del modelo capitalista de especulación financiera, que previamente había logrado alienar, a esa concepción particularmente europea del modelo capitalista más general, de una parte esencial de las virtudes que le servían de contrapeso».