Quizás el ruiseñor lo sea la inocencia destruida de un niño, Jem Finch, el hijo de Atticus, que asiste al juicio y que vive con impotencia cómo el acusado es injustamente condenado.
Yo creo que el ruiseñor lo es la propia justicia, que sólo existe para hacernos a todos iguales y libres y que un jurado la mancilla de la peor manera posible: afirmando actuar en su nombre.
«En resumen, tenemos que decidir cómo queremos salir de esta crisis sanitaria e institucional, bien con un gobierno de Leyes sobre hombres, o con un gobierno de hombres sobre Leyes».
«Los Partidos Políticos, por su parte, son potentes máquinas de promoción de intereses privativos. (…). Es por ésto que se hace imprescindible garantizar que el Poder Judicial resulte absolutamente impermeable a las tentaciones partidistas».
«La prudencia por tanto es el camino. Deliberar, razonar y justificar. Estas son las palabras claves. No es importante el resultado sino la senda recorrida para alcanzarlo».
«Pierde credibilidad el Ministerio de Justicia, se desprestigia el Congreso de los Diputados y se debilita la apariencia de independencia del poder judicial. Y nos lleva a preguntarnos, ¿cuánto pueden aguantar las costuras del Estado sin terminar de resquebrajarse? «
«Lo que necesitamos los jueces y juezas españoles son los medios necesarios que nos permitan evaluar las situaciones de riesgo con mayores elementos de juicio, sin tener que caer en la adivinación o en la delicada perspectiva de género como elemento decisivo extraño».
La clave judicial 